Estar sentado en una silla metálica a media sala, rodeada de gente extraña que mira a la nada esperando su turno o que alguien pregunte por el familiar de Fulano de Tal . Escuchando al viejo reloj checador que hace un ruido como si se atorara cada cinco minutos... No es tan grave. No estoy sola. No soy yo la paciente que espera ser atendida gracias al pago puntual de mis cuotas. No está vez. No es mi mamá No es mi hija (gracias Dios mío) Es el joven moreno del que una vez me enamore y de quién traje al mundo la criatura más maravillosa y estruendosa. El que vive solo a dos calles de la casa para seguir al pendiente de ella. El que cada que necesitamos ve como ayudar así, callado, sin ruido, sin replicar. Mi madre no lo entiende. A veces creo que me ama tanto que se vuelve egoísta. Pero solo pienso que si fuera yo, que si fuera ella, mi hija o mis familiares, quienes estuvieran solos lejos de su casa, de su familia, enfermos y asustados, quisiera que alguien también hiciera lo posi...
Parece que paso rápido, pero no fue así. Fueron dos años desde ese marzo de 2020 que nos tuvimos que encerrar y alejar de todos por una "cuarenta" que duraría unos días.... Meses.... Años. Parece película... De esas historias que uno jamás pensó vivir. Pero aquí estoy. Sentada en la mesa del comedor pensando si es realidad o sigo en un sueño extraño. Después de interrumpir nuestras vidas tan abruptamente, hoy tratamos de retomarlas como si no hubiera pasado nada. Pero sabemos que no es así, yo lo sé, y lo sabe mi pequeña, quien se había apegado a mi como los dos primeros años de su vida. Y hoy con miedo y nervios en todo su ser fue a la escuela. Su corazón palpitaba rápidamente mientras esperábamos en el patio la presentación de los maestros. Lo se porque yo la abrazaba y sentía con mi mano el vibrar de su pecho. Me miró emocionada, luego triste, luego asustada, y al final resignada. Pudimos entrar los papás al salón a sentarlos y besarlos y abrazarlos mil veces antes de dej...