Parece que paso rápido, pero no fue así.
Fueron dos años desde ese marzo de 2020 que nos tuvimos que encerrar y alejar de todos por una "cuarenta" que duraría unos días.... Meses.... Años.
Parece película... De esas historias que uno jamás pensó vivir.
Pero aquí estoy. Sentada en la mesa del comedor pensando si es realidad o sigo en un sueño extraño.
Después de interrumpir nuestras vidas tan abruptamente, hoy tratamos de retomarlas como si no hubiera pasado nada.
Pero sabemos que no es así, yo lo sé, y lo sabe mi pequeña, quien se había apegado a mi como los dos primeros años de su vida. Y hoy con miedo y nervios en todo su ser fue a la escuela. Su corazón palpitaba rápidamente mientras esperábamos en el patio la presentación de los maestros. Lo se porque yo la abrazaba y sentía con mi mano el vibrar de su pecho.
Me miró emocionada, luego triste, luego asustada, y al final resignada. Pudimos entrar los papás al salón a sentarlos y besarlos y abrazarlos mil veces antes de dejarlos nuevamente en ese lugar que hace más de dos años se tuvo que ver abandonado de pronto.
Me miró de nuevo con sus ojitos llorosos. Dos lagrimitas se le salieron. La bese y le dije que todo estaría bien. Salí del salón dejando mi corazón ahí adentro con ella.
Todos con cubre bocas, mochilas con botellas de gel antibacterial, la nueva normalidad.
Mientras caminaba a la casa bajo un maravilloso cielo nublado pensé si de verdad todo podrá ser como antes.
Definitivamente no del todo.
Estos años se llevaron mucho con ellos. Amigos, familia, conocidos. La calma y la tranquilidad.
Quizá un día de estos me acostumbre del todo a vivir así.
Comments